Hoy hace una semana ya que mi esposa emprendió el viaje, su viaje. Ése del que se dice no hay retorno.
Espero que su viaje haya sido placentero, digo, se pago primera clase. Y el dueño del tren de la vida, pues la acomodó personalmente en su asiento, con vista preferente. Y él a su lado, para darle seguridad del hermoso destino al que llegarían.
Conociendo a mi esposa, me atrevo a creer que se pegó de la ventana para ir viendo y no perder detalle de nada, seguro hiba riendo y hablando, y hablando y riendo. Así era ella, sonriente, y platicaba, y en cada plática una sonrisa. Y si tomó mucho refresco, me imagino la lata que fué dando!!!.
Para mí, solo hubo una señal de alto, si he de ser sincero, me habría gustado acompañarla, pero el tren ya estaba completo.
Hoy, después de ya dias de su partida y de haberme quedado anclado en el mismo lugar, ésa señal se ha levantado, me dice que avance, y éso pienso hacer. Seguir mi camino con mis hijos, con mi familia y con la de ella, con mis amigos.
Intentar retomar la vida, que aunque sin ella a mi lado, me queda claro que el mundo sigue girando.
Por lo pronto, ya no me da miedo subir la escalera de mi casa. Y mi cama, sigue fría, aún guardo el lugar que a ella le corresponde.
Hoy he regado las plantas, todas!!.
Espero tomar ésa señal de luz verde en mi vida, y si he de ser sincero, no quiero detenerme.
Hasta la próxima estación, dónde me toque abordar para tomar el mismo destino.
Hasta entonces Xóchitl.
Te amo.
Y ésta canción es para mí, ella me la dedicó hace algún tiempo, cuando me dijo que también me amaba.
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