viernes, noviembre 10, 2006

Cosas y casos.

Nunca me ha gustado arrastrarme con mi jefe, con todos los que he tenido, jamás he podido ser diplomático, y me cuesta trabajo intentar llevar una amistad con alguien que simplemente pueda no caerme.
Porqué todo esto, bueno, el ambiente en mi trabajo digamos no es el más, mmmm, ¿cordial? por el contrario, es medio de querer aparentar lo importante que eres, menospreciar la actividad de los demás, y cosas por el estilo que al parecer están de moda.
Pués bien, en mi puesto pués soy solo yo, yo me coordino, me exijo o no lo hago, tengo subjefes y un jefe, que al final es el mero chipotles en el trabajo, pués es el director. Con los subjefes es decir gerentes, me llevo bien con todos excepto con una, que me es completamente indiferente, pero he notado que todos lo que tienen subalternos, en éste caso los gerentes, como que les gusta que se les arrastren, y no sé cómo expresarlo, intentaré hacerlo para que vean o sientan lo que quiero decir , en dos casos.
Caso 1 El dueño del poder (momentáneamente, que risa me dan sus jetas cuando éste se les acaba) En una conversación, es el gerente el que tiene los comentarios más acertados (al parecer de sus subordinados), es él el que tiene derecho a reirse o mofarse de la actitud, aveces simulada a veces verdadera, de sus subordinados (aguas!!! si lo haces con él), es él el más importante en el proceso laboral (igualmente al parecer de sus subordinados), es él el que tiene derecho a opinar sobre la vida de sus subordinados (que gueva ésto la verdad, pero sucede creánmelo), y finalmente, es él que a la hora de comer, hace como que paga esperando que sus muy queridos colaboradores se le adelanten y le "inviten" su comida Jojojojo (risa maquiavélica herencia de mi camarada verdette). Cabe decir, que hay quien los ha hecho hasta compadres (chales!!!). Caso 2 Los que quieren el poder o por lo menos quieren amarrarse a su huesito. Éste "miembro" (porque se porta como tal) de la organización es aquél que piensa que entre más tiempo esté en el trabajo más se justificará el mismo y él por su puesto, se notará más trabajador, más responsable, más interesado en la chamba que le están dando. Cada que le pateen el trasero dará las gracias, por las correcciones que el iluminado jefecito, le ha dado. Estará fiel como un soldado (de los de antes), esperando fuera de cualquier tugurio o simplemente oficina, para que su jefe vea cuán fiel y valioso es ése elemento!!! vaya cosas!!! (plap plap plap aplausos para ése pendejete!!!!!). Es aquél que cuando el jefe lo llama y en ése momento pueda estar en el sanitario, pos en ése momento sale en chinga al lugar del jefe a atender su llamado. Es aquel que se pone triste cuando su jefecito le metió una cajetisa porque no terminó o no hizo exelentemente bien su labor (que en éste caso es una cosa demasiado importante qué presentar a los jefes del jefe).Ocupa las frases "Sí señor", "voy corriendo señor", "Como usted diga señor", "Muy bien señor", "tiene una visión diferente señor", "ha hecho una magnifica labor señor"(cuando su labor la terminan haciendo ellos mismo los de abajo). En fin, me podría pasar horas y horas señalando a toda ésta bola de arrastrados, pero ya me dio flojera acordarme de todos de los que estoy rodeado y han sido me felíz inspiración para éste post.
No sé si sea caso pero vienen como "3" (o lo que es lo mismo: Mi particular punto de vista).
La poca trayectoria laboral (comenzé a machetearle como a los 8 años) me ha enseñado, que siempre que haya alguien que te enseñe y sobretodo que valore tu chamba, es digno de respeto, respeto a éso que te está enseñando, respeto a él que te ve como una persona y no como un número más en la organización, respeto a él que termina identificándose contigo y con lo que haces (he tenido la fortuna de conocer a gente así).
El decir "Señor", no me cuesta trabajo mencionarlo a gente, que de alguna manera (hablando laboralmente) me merece o mejor dicho me inspira cierto respeto. Tuve un jefe hace mucho tiempo, que me inspiraba éso, es extraño, me inspiraba darle una atención, me inspiraba a trabajar y hacerlo bien, lo extraño radica en algo, pocas veces hablé con él, pero su sola prescencia era agradable, no molestaba, dejaba trabajar. Algunas vez pensé que me apreciaba tanto como yo a él. La vida me llevo a otro lado, deje de verlo y hasta la fecha lo recuerdo bien, él fue un excelente jefe conmigo.
Pero dicen que en ésta vida hay que conocer de todo, y un día me encontré a un pinche naco pero naco!!! de ésos que quieren reverencias, de ésos que son más arrastrados con los jefes arriba de él (y que por desgracia éste naco era mi jefe), que insoportable y dura experiencia, mirar como trataba a los subordinados, yo era uno de ellos, pero aún debajo de mí había más, a éstos últimos en la escala organizacional les hiba como en feria, los humillaba, se sentía la divina garza, se povoneaba, éste pendejo me caía tan mal que un día no aguanté, y que le metos sus gritotes pa´que aprendiera a tratar a la gente, la consecuencia a ésto es obvia, terminé por dejar de trabajar en ése lugar, no porque éste guey me corriera, fué más bien, porque renuncie y simplemente me fuí a hacer otras cosas en otros lados, pero ésa experiencia de ponerlo en su lugar, así como a él le gustaba hacerlo, delante de los demás, me hizo una fama dentro de los que ahí trabajaban que cuando me llegan a hablar, me lo recuerdan y se acuerdan ellos de éso.
El hecho es: " En una organización, se debe respetar a quien esté como jefe tuyo, no pienso que a ésta persona sea necesario, bajarle las estrellas, es más bien, una relación mutua de respeto, a las actividades que cada quien tiene, a la persona que cada uno representa, pero nunca dejarse patear o sobajar por alguien que por tener cierto poder, quiera hacer de uno simplemente un esclavo."
Coincido con ésa frase que dice "el respeto se gana", y vaya que he comprobado ésto, me gusta respetar pero me gusta que me respeten, no puedo ser diplomático, menos hipócrita, soy de ésos empleados que saben ayudar a su jefe, siempre y cuando éste sea de ésos que ven a su gente como tal... como gente!!!.
En fin, que ésto no haya aburrido y que en sus respectivos jales, les vengan bien las cosas. La foto es de cuando vino AMLO a Puebla de los preciosos.
A ver si me animo a ir el 20 al D.F.
Salú!!!.

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