Si hubiera guardado silencio cuando miré tus ojos por primera vez.
Si mi corazón no hubiera latido de la manera en que lo hizo, cuando con tu silencio me dijiste más palabras de las que hubiera podido escuchar.
Y si mi vida no se hubiera visto iluminada en un instante por ésa sonrisa tuya.
Si nada de éso hubiera pasado, hoy estaría mucho mejor.
Y, es en realidad sencillo decirte ésto dada tu ausencia, inmersa en la distancia, en el más profundo silencio.
¿De qué manera impactar tu corazón?.
Dudo mucho que podamos mirar juntos el atardecer.
Que podamos compartir un helado.
El café jamás será el mismo sin tu compañía.
Quisiera entonces, impactar tu corazón.
Llegar a él tal meteoro en la corteza terrestre.
Llegar sin pedir permiso.
Impactar de tal manera que el mundo, tu mundo, vuelva a iniciar.
Y sí, los años pudieran ser muchos.
Pero nunca serán suficientes para volver a estar juntos. O por lo menos, desear así estar.
Sinceramente, desearía que ésto fuera más sencillo.
A veces, siempre, suelo recordarte.
Y con tu recuerdo, otra vez el silencio.
Quisiera entonces, impactar tu corazón.
¿Es por coordenadas que ésto se pueda hacer?.
La vida es muy extraña. Pende de un hilo muy delgado donde elefantes se columpian.
Es un suspiro dirían.
Es una eternidad he escuchado.
Fue un suspiro, y habría querido una eternidad tu compañía. Ja!
Hoy no sé qué más decir.
Éste pensamiento que va dirigido a ti.
Y sí, fui yo el que inició, pues quise impactar tu corazón.
Termino ésto recordando las palabras, duras, contundentes pero que aterrizan en la realidad, de mi querida amiga Ana Roldán "ninguna mujer merece tu ansiedad y el sudor de tus manos".
Tiene ya un par de semanas que me lo dijo, y ella, la amiga mía, impactó mi corazón.
Gracias Ana.
Hoy, cuando en teoría debería crear una entrada para recordar a mi madre, o a la de todos, más bien surge en mí la idea de escribirle a mis hijos. Y aunque no es día del hijo precisamente, o que se deba por su cumpleaños que ya pasó. Es más bien, querer en intención, que su vida no se vea marcada por la ausencia de una madre, o mejor dicho, que si habrá una marca, ésta sea tan leve como el último suspiro de la vida misma.
Personalmente, viví la bendición de contar con una madre, hoy en día sigo disfrutando de éso. No sé qué se sienta no tener en quien encontrar un refugio en cualquier circunstancia o momento de la vida.
Como padre, me gustaría que éso mismo pudieran disfrutar ésos niños míos que Dios me dio. Más sin embargo éso ahora, no fué posible. Cada uno tomó su camino.
Ella, con Dios.
Ellos, a 3 horas de distancia, y teniendo conmigo una convivencia intermitente.
Yo, acá, solo sin soledad, con mi corazón y mi pensamiento en ellos. Y platicando de vez en vez con ella también.
El hecho es, que a 36 años de distancia de mi nacimiento, no hace mucho entendí que la vida sigue siendo hermosa a pesar de todo lo que en lla se viva, cosas buenas, cosas malas. La vida es solo éso, pura vida llena de experiencias.
Platicaba no hace mucho con un amigo, y se me ocurrió decir "si uno supiera a qué se enfrentará después, quizá sería bueno decidir aceptar o no casarse". Aún recuerdo ésa ilusión que llegué a tener cuando fué mi momento. Ahora ésa herida cerró, pero en ocasiones tiende a sentirse cuando, como hoy, los menos culpables tienen que aprender a vivir con su dolorcito, que en pequeños cuerpos, pueda llegar a sentirse como una gran puñalada. Y de éso sí puedo hablar.
Éstos hijos míos que van creciendo, aprenderán a vivir con ésa ausencia. Y tendrán entonces, que decidir, como yo lo he hecho, entre ser felices por todas las cosas que el Señor nos da, o vivir en la tristeza por éllo que no tenemos ya. Será una desición personal.
A mí por lo pronto, me toca informarles que la vida, así como es, puede llegar a ser tan bella.
Es bella cuando conoces a alguien.
Sigue siendo bella cuando a ése alguien tú eres como el mismo sol.
Es más bella cuando del choque de ésos mundos, surgen otros munditos...
Mundos viviendo en una misma constalación,
Y cuando de pronto uno se va... quedan los otros girando. Y éso también tiene su belleza como no!.
Hoy, sigo disfrutando el aire frío de las mañanas.
Ése bello sol que calienta mi cuerpo.
Miro el cielo azúl todavía.
Y cuando llego a ver las nubes, recuerdo a Jaime Sabines diciendo que son aliento de Dios cuando pasa por encima de nosotros.
Así que hijos míos, sepan que hoy, podemos estar los tres juntos tristes porque mamá ya no está. O podemos dar gracias a Dios que aún nos tenemos nosotros.
Aunque a la distancia, deben saber que siempre pienso en ustedes, que mi corazón late por ustedes, y cuando los miro vivir, entiendo que todo pasa por algo. A veces las respuestas tardan en llegar, pero al final sabremos que todo es para bien. Al tiempo.
Ojalá que un día pueda decirles algo mejor respecto a ésto, por hoy solo se me ocurre querer estar a su lado dandonos calor en el corazón.
Se dice que cuando no se sepa qué hacer, es mejor no hacer nada. No comparto mucho ésta idea, no al menos en un momento donde las personas compartieron mucho más que el tiempo.
No soy un experto en relaciones personales, más sin embargo, cuando se involucra el corazón, es difícil animarse a tomar una decisión. Es quizá la parte del sentimiento lo que no termino de comprender, es quizá éste mi error, querer entenderlo todo.
Pero entonces, ¿qué es el amor en una relación?, ¿el tiempo ayuda?, ¿vale la pena vivir enamorado?. Las ideas, las costumbres, los sueños, ¿pueden llegar a ser motivo de separación... o de unión al menos?. Finalmente, ¿el amor es esperar algo?.
Después de toda ésta inquietante revolución de ideas en mi ser, quiero comenzar diciendo que disfruto mucho la sensación que el amor despierta en mi persona. Me gusta vivir enamorado, aunque mal correspondido en la mayoría de las veces, o dicho de otra manera, no tengo tino para éso del amor. Pero me gusta, disfruto, extraño ésa hermosa sensación dentro de mi ser. Éso de amar a una mujer, deben saber, es sin duda la experiencia más bella que alguien puede tener. Porque dicho sea de paso, el solo hecho de que exista una mujer hace que el mundo siga girando, pero en el peor de los casos, dicho mundo puede llegar a detenerse. También por causa de una mujer.
Pienso que éso del amor, o el amar a una persona, se resume en la aceptación que exista por el individúo (hombre o mujer) en cuestión.
Es bien sencillo amar a quien en apariencia lo tenga todo. No sé, una solvencia económica, un intelecto envidiable, una bonita personalidad. Pero qué hay de los tipos como yo que carecemos de todo éso, ¿estamos acaso condenados al ostracismo?.
Hablando un poco de mí, sin ánimo de promoverme, a veces pienso que cuando Dios me creó bien pudo haber pensado "pongamos a éste los defectos más perfectos de un aparato chino". Porque como diría Paco Ignacio Taibo II "soy defectuoso a madres!". Podría enumerar cada uno de ésas pequeñas grandes cosas que hacen de mí el ser que soy, solo que lo haré en otra ocasión, tampoco puedo utilizar un post para hablar solamente de mí (aunque me está permitido).
Puede ser relativamente sencillo enamorarse de mí, pero al cabo del tiempo, he notado que las personas terminan por aburrirse de mi aburrida persona. El fastidio se presenta, la incompatibilidad de caracteres (me vino a la mente la canción de mi querido Joaquín Sabina). De pronto, resulta que termino por incomodar con mis ideas o actitudes y es cuando el amor, se va debilitando. Entonces, me dan una patada por el trasero. Digamos, termino por acostumbrarme a ésta innegable situación.
Así, me permito vivir cada momento con profunda felicidad, ya que no sé cuanto pueda llegar a durar. Ésto lo escribo por experiencia, ya que al fin éso me resulta.
Ahora, intentado hablar con la seriedad que ésto me representa, sigo preguntándome cómo es que se debe amar.
Puedo llegar a aceptar a una persona tal como es, con sus virtudes, con sus defectos. Termino al final, y desde el principio dándome como soy, así, sin preámbulos.
Puedo interesarme por las cosas que no me interesan.
Puedo escuchar las mismas cosas una y otra vez.
También puedo llegar a ser un mil usos.
Puedo llegar a pensar en ésa persona todo el tiempo.
Puedo pensar que no hay mujer más hermosa que la que quiere compartir conmigo su vida.
Puedo dar masajes.
Y cuando tenga ganas de llorar, podemos llorar juntos, o reír, si de éso se trata.
Puede llegar a ser la reina de ése reino que no poseo.
Para mí sus brazos pueden llegar a ser el mejor lugar para estar.
No muerdo (bueno, si me lo piden sí).
Puedo amar a una persona de la forma más sencilla, finalmente entendiendola como un complemento de mi vida.
Leí un día, "Ama y has lo que quieras". Llevando ésto a cabo resulta que lo que quiero, no siempre lo quiere mi otra parte (mi media naranja pues) logrando con ésto, maratónicas sesiones de enojos mutuos con sus respectivas interpretaciones según la conveniencia de cada quien. Y en ésto créanme soy un experto.
Puedo decir también, que amar a una persona puede llegar a ser tan sencillo o tan complicado como uno quiera tomarlo.
A mí me gusta vivir en el corazón de las personas, despertar emociones que solo el propio amor pueda detonar. Lo mismo me sucede, suelo enamorarme de tal manera que no cobro renta a la inquilina que llega a mudarse con todo y perico.
Ya lo dije, me gusta vivir enamorado.
Éste es un mundo práctico, hay pocos lugares, y corazones, para idealistas perpetuos como yo.
Mientras, sé que vivo en el corazón de mucha gente que me ama, gracias,
Ojalá pronto pueda compartir la idea de caminar con alguien por la vida, así, tal como suelo ser.
Al fininal no hay más nada que hacer, tan solo, seguir viviendo.
De pronto, por alguna extraña razón, la tinta de mis ideas se secó. Me encontré sin saber siquiera sobre qué escribir.
Estoy muy interesado en retomar éste espacio, como una manera de co-existir conmigo.
Es solo que, en ocasiones (muchas de ellas) no suelo ser una buena compañía de mí mismo y recurro a la idea extraña de pensar en cualquier otra cosa. No dejar que ése Eric soñador, irreverente, poco social, melancólico y sensible (muy sensible!), termine por invadirme.
Pero (¿porqué siempre hay un "pero"?), de pronto, ése Eric otra vez comienza a presentarse; me seduce, me invita, y quiere que vaya con él. Es digamos, la contraparte de la vida que he mantenido en pausa, pero que siempre me dará algo sobre qué hablar, pensar... y escribir.
Hablando de todo y por nada, aferrándome a la idea de que no soy tan raro como pienso, queriendo ser ése que siempre he querido, intentando conocerme un poco más, y lo más importante, luchando por aceptarme tal como soy.
Éstoy de regreso, otra vez acá, esperando que mis ideas fluyan poco a poco. Siendo éste corazón lo único que me motive a continuar con mi ardua tarea de avanzar por ésta vida.
Finalmente, quedo como al principio, seguir siendo solo lo que soy.
Nací, crecí y me reproduje en Puebla.
La vida me invitó a continuar el camino solo.
Soy darwinianamente cristiano y también un ser pensante de ésta vida litigante...