En mi vida, he tenido la extraña sensibilidad de guardar olores, colores y sabores, de la gente, del medio en el que me he desarrollado o me ha tocado vivir en cierto momento de mi vida. Termino relacionando gente-lugar-acción.
Ahora que el clima cambia tan abruptamente, y los paisajes se convierten en múltiples formas, me llegan varios momentos, en los que he compartido varias cosas con mucha gente en pocos lugares.
Cuando he olido la lluvia, y he visto cierto reflejo solar, me llega el momento que compartí con ella, cierta comodidad.
Aunque he recibido inumerable cantidad de abrazos, cada persona lo hace diferente, cada persona es única, y es por éso que cada uno de ellos, hombres y mujeres, quedan en lo más íntimo de mi recuerdo, y relucen cuándo algo llega a suceder.
Aún recuerdo el olor de la tierra mojada de la sierra de puebla, de zacatlán, de teziutlán, de toda la serranía en Xicotepec de Juárez.
Todos ésos colores que el sol refleja en toda la tierra y en todos los que en ella viven.
Alguna vez a alguien le comente "... ya huele a navidad" y no porque ansiara tanto ésas fechas, es más bien, por sentir el aroma en ambiente de todas las cosas que aparecen en todo lados.
A veces siento que mi vida corre a tal manera que cuando me doy cuenta, han pasado ya muchas cosas, algunas las recuerdo, otras ya no. Ya no miro las cosas como antes, pués ahora ya no puedo percibir el lado bello, más el lado bueno, ahora siento antes de mirar, antes apreciaba, ahora ya no.
En una plática me pidieron madurar, honestamente no sé a qué se refieren con ello, y tampoco me interesa saberlo.
También me han dicho que la vida se debe vivir según la etapa en la que estemos, pero éso no me parece bueno, ya hay cosas que antes quise vivir pero no pude, ahora hay cosas que se supone debo vivir, pero no quiero. Pués ahora recuerdo éso que por alguna razón, no viví, y me esfuerzo en lograr lo que no pude.
Hoy acepto las consecuencias de mis actos, de todos ellos, ya que el único culpable de mi vida, soy yo mismo.
Orale pués.