A mis hijos, ésas dos semillas
que hacen de mi vida una
constante interrogante.
Hoy, cuando en teoría debería crear una entrada para recordar a mi madre, o a la de todos, más bien surge en mí la idea de escribirle a mis hijos. Y aunque no es día del hijo precisamente, o que se deba por su cumpleaños que ya pasó. Es más bien, querer en intención, que su vida no se vea marcada por la ausencia de una madre, o mejor dicho, que si habrá una marca, ésta sea tan leve como el último suspiro de la vida misma.
Personalmente, viví la bendición de contar con una madre, hoy en día sigo disfrutando de éso. No sé qué se sienta no tener en quien encontrar un refugio en cualquier circunstancia o momento de la vida.
Como padre, me gustaría que éso mismo pudieran disfrutar ésos niños míos que Dios me dio. Más sin embargo éso ahora, no fué posible. Cada uno tomó su camino.
Ella, con Dios.
Ellos, a 3 horas de distancia, y teniendo conmigo una convivencia intermitente.
Yo, acá, solo sin soledad, con mi corazón y mi pensamiento en ellos. Y platicando de vez en vez con ella también.
El hecho es, que a 36 años de distancia de mi nacimiento, no hace mucho entendí que la vida sigue siendo hermosa a pesar de todo lo que en lla se viva, cosas buenas, cosas malas. La vida es solo éso, pura vida llena de experiencias.
Platicaba no hace mucho con un amigo, y se me ocurrió decir "si uno supiera a qué se enfrentará después, quizá sería bueno decidir aceptar o no casarse". Aún recuerdo ésa ilusión que llegué a tener cuando fué mi momento. Ahora ésa herida cerró, pero en ocasiones tiende a sentirse cuando, como hoy, los menos culpables tienen que aprender a vivir con su dolorcito, que en pequeños cuerpos, pueda llegar a sentirse como una gran puñalada. Y de éso sí puedo hablar.
Éstos hijos míos que van creciendo, aprenderán a vivir con ésa ausencia. Y tendrán entonces, que decidir, como yo lo he hecho, entre ser felices por todas las cosas que el Señor nos da, o vivir en la tristeza por éllo que no tenemos ya. Será una desición personal.
A mí por lo pronto, me toca informarles que la vida, así como es, puede llegar a ser tan bella.
Es bella cuando conoces a alguien.
Sigue siendo bella cuando a ése alguien tú eres como el mismo sol.
Es más bella cuando del choque de ésos mundos, surgen otros munditos...
Mundos viviendo en una misma constalación,
Y cuando de pronto uno se va... quedan los otros girando. Y éso también tiene su belleza como no!.
Hoy, sigo disfrutando el aire frío de las mañanas.
Ése bello sol que calienta mi cuerpo.
Miro el cielo azúl todavía.
Y cuando llego a ver las nubes, recuerdo a Jaime Sabines diciendo que son aliento de Dios cuando pasa por encima de nosotros.
Así que hijos míos, sepan que hoy, podemos estar los tres juntos tristes porque mamá ya no está. O podemos dar gracias a Dios que aún nos tenemos nosotros.
Aunque a la distancia, deben saber que siempre pienso en ustedes, que mi corazón late por ustedes, y cuando los miro vivir, entiendo que todo pasa por algo. A veces las respuestas tardan en llegar, pero al final sabremos que todo es para bien. Al tiempo.
Ojalá que un día pueda decirles algo mejor respecto a ésto, por hoy solo se me ocurre querer estar a su lado dandonos calor en el corazón.
Su padre, y su amigo.
Eric.