viernes, abril 30, 2010

Como al principio.

"Creémelo."
Yo no soy un hombre extraño
que se empeña a hacerte daño
como el Dios que no llegó.
Mas todo lo contrario,
sueño ser un libro abierto;
desenredar mi gran glosario
combatir el mundo diario
con afán de ser mejor.
¿Y cómo no dudar de este acertijo?
¿y cómo no? si soy un ramo de caprichos
que a la cabeza un laberinto
separó del corazón.
Mas cree en lo que sientes
sin pensar fue una locura,
encargar de un modo ciego
a un ladrón la cerradura.
Y mírame de frente
vomitando las entrañas
si crees en mi plan infalible
no será el vacío lo que extrañas.
¿Y cómo no dudar de lo que digo?
¿como no dejar el miedo vivo?
si soy del néctar la manzana
y de la rabia... un suspiro.
Y créemelo
yo no soy un hombre sabio
que sabe no hacer daño
cuando el corazón
fue lo que abrió.
Jaime Ades.
Hoy, estoy como al final me encontré.
Siempre lo vivido es grato recordar, pienso, siempre lo grato es bueno tener presente. Así su presencia estará como siempre a un lado, de mi corazón y de mi vida. Cuando concilie el sueño, sabré también que estás allí.
Sé también que cuando el pensar invada mi mente, te podré escuchar, atento y en silencio.
Hoy pues, vengo a ser el mismo caminante que conociste, el que se supone fuerte. Al mismo que le gusta la soledad, que disfruta de caminar y curiosear, el mismo que podía esperar desde el sábado el próximo viernes.
Sabes? fué bueno conocerte como lo hice, me encontré conmigo, supe de la sencibilidad de mi ser. Pude sentir el latir de tu corazón en el mío, conocerte tan solo con mirarte.
Y sí, sin duda, tus brazos fueron el mejor lugar para estar.
Hoy pues, busco un árbol, que dirija su sombra hacia mí, hoy que mi corazón arde con más ímpetu.
Y, cómo olvidar, que dije "... mientras todos miran los zapatos, yo solo miro tus pies." Fué de verdad, con sinceridad. Pude admirarte en todos los ángulos, siempre lo disfruté, nunca el tiempo fué suficiente para terminar de mirarte.
Sabes? creo que extrañaré tu sonrisa, la que me iluminó siempre que mi camino parecía oscurecerse. Y cómo no agradecerte el que inspiraste en mí, el constante deseo de poner en mi boca la ocurrencia perfecta para arrancar de tajo una carcajada acompañada de un gran abrazo.
Me viene a la mente, es tan curioso, el reclamo infantil de no estarte abrazando cuando me pediste libertad para estirarte cuan larga eras mientras dormías.
Son cosas que pasan pienso, todo ésto terminó siendo lo menos importante. Cuando las circunstancias obligan a la separación.
Y aunque el ron alivia un poco, ya que puedo pensar y platicar contigo de frente, alcanzo a mirar también tus ojos. Los recuerdo con júbilo, siempre expresivos. Podían hacerse muy grandes, cuando por alguna razón encontrabas algo en cualquier lugar. O pequeños cuando intentabas penetrar en mi mente y escudriñar el porqué de mis palabras. También los recuerdo cerrados, cuando dormias, cuando partiste.
Parece que vuelvo a estar como me encontraste, encerrado en ésa soledad que me acompaña, y mirando las estrellas desde mi ventana.
Que curioso, hoy es dia del niño, y hoy quisiera parecerme a uno.
Podría en cualquier momento, dejar a un lado la tristeza, y ponerme a jugar.
Sería un gran arquitecto si así lo quisiera (pero no lo quiero!).
Podría patinar sin siquiera saber hacerlo!.
Sería suficiente sentirme cansado para dormir como un oso.
Podría creer que tengo bigotes y más aún mostrarlo con profundo orgullo.
Sería tan sencillo hacerte creer que te pongo atención!.
Y, quizá te muestre el hastío que siento por la insistencia de quererme tomar una foto! para tenerla como recuerdo de una niñez que tuve, cuando sea grande y me vea envuelto de problemas como todos los adultos.
Quiero ser niño y rescatar ésa bendición de ingenuidad al sorprenderme de las burbujas del refresco cuando lo agito.

Querría tener la paciencia necesaria para enfrentar el terrible reto de armar un "transformers" sin romperlo.

Podría hacerme de amigos sin pensar en nada más que en que compartamos un gran momento. Sin prejuicios, sin necedades, sin envida, tan solo el hecho de conocer a alguien más.

Y al final, tan solo bastaría un abrazo sincero, para sentirme bien, para saberme acompañado, y porqué no, quizá hasta para sentirme protegido.

Lo más importante, sería suficiente un día soleado, tu compañía, y un papalote... para ser realmente felíz.

Hoy pues, es el día del niño, y debo agradecer a los que tengo a mi lado, a los míos, a mis hijos.
Agradecerles que en su presencia, los tiempos han sido menos duros, que con su sonrisa invaden mi tristeza, que me han ayudado a crecer junto con ellos. Gracias hijos por la fortaleza que su pequeño ser inyecta a éste, que es su debilitado padre. Gracias pues, por mantenerme de pie.
Mañana cumplen ya 5 años, el tiempo pasa rápido.
Al final, quedo como al principio. De pie, cruzado de brazos y sonriente!.
Gracias por haber compartido parte de tu vida conmigo. Sigo en el camino.
Que Dios bendiga a los míos, a mis amigos, a ésta humanidad a la que pertenezco.
Para Mónica Roldán, mi lectora, y mujer que no conozco. Uno de los regalos de ésta vida.
Para Ana Roldán, mi amiga, la única que creé que puedo escribir algo más que un blog. Así sea.

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Y también para tí. Que siempre estarás en mí.
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La canción es de Jaime Ades.
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Adiós.
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P.D ¿Alguién podría dejarme un comentario por favor?
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Gracias.