sábado, febrero 27, 2010

Algún día.

A la distancia, cobijado por éste frío, albergando siempre buenos tiempos, y teniendo presente buenos recuerdos. Me vienen a la mente ésos dos hijos que tengo.
Y, no hay dia que no piense en ellos, que no me representen una preocupación, una alegría, una reflexión, una esperanza. Ahora que lo estoy pensando, creo que para éso sirven los hijos. Para redescubrirnos los que somos padres.
Me pasa seguido, en ésa intensa mala costumbre, de buscar siempre el porqué de las cosas. Ya que soy de la idea que todo trae consigo una razón de ser, y, también creo, que todo éso es por un objetivo bueno dentro del equilibrio universal (ji ji disculpe amable lector el pensamiento existencial). Pero aún no encuentro una explicación, para todo ésto que ahora deben vivir. Y que miro con alegría su paso firme por éste mundo y ésta vida, inspirado además por ellas... quienes hoy están con ellos. Al tiempo...
En éstos ya casi 5 años que Dios me permitió experimentar la paternidad, he aprendido, que jamás se és el mejor padre. Y es que, recordando mi vida, tengo muy presente las veces que vi otros "padres ejemplares", creo que alguna vez quise tener la vida de alguien más. Dios sabe lo que es para mí.
Cuando viene el recuerdo de mis reclamos llenos de ingratitud a mi madre, cuando mi más impetuosa juventud, encuentro una respuesta dentro de mí: "Cuando niños o jovenes, queremos tener unos padres ejemplares. Sin pensar, que nuestros padres igual quieren unos hijos ejemplares". Y cuando camino en mi misma compañía, concluyo, que disfruto mucho el tener la bendición de tener a dos hijos, para mí, hermosos.
Sé, que mientras el desarrollo esté presente en ellos, rozarán nuestros conceptos sobre la vida. Serán pues, buenas batallas que estoy dispuesto a librar, y enfrentar. Es cuando entiendo éso que dicen del camino recorrido y que la sabiduría llega con los años. Algún día...
Así, querido lector, disculpe el arrebato. Todo ésto después de ver y escuchar, animado por el gusto en mi paladar de un jaibol, una canción de Julieta Venegas, para mí, una gran artista.
Sin duda, lo que puede lograr el choque oportuno de ideas y atmósferas, tan solo, el soñar despierto, que sin duda es gratis en ésta vida.
Por otro lado, ¿qué le está pasando al mundo? hoy hubo un terrible temblor (o terremoto) en Chile, allá tengo a mi amiga Claudia (su blog a la derecha, colección de palabras). Dios esté con todos ellos.
La canción de Julieta Venegas y la foto, tomada por mi amiga ana, de uno de los volcanes con los que contamos de vista privilegiada acá en puebla, el popo (o don goyo como también se le conoce).