Comienzo por decir que desde hace poco para acá, he escuchado comentarios sobre que no hay nada que festejar del bicentenario de la independencia. que los héroes nacionales estarían decepcionados de ver nuestra actualidad, en fin, tantas cosas que me ponen a pensar.
Siempre mi corazón, ha sido un corazón nacionalista, entender éste país como el lugar donde vivo, como la casa que habito, como el aire que respiro y por supuesto, seguramente, donde mis restos quedarán guardados en su humilde tierra.
Yo podría unirme a las voces juiciosas que abundan ésta nación, pero, he decidido encontrar una buena razón para también emocionarme con éstos 200 años de independencia. Por supuesto, no cerrar los ojos a lo malo, pero igual sé, que en verdad hay muchas cosas buenas. No todo ha estado mal después de todo.
Afortunadamente, hoy en dia azotados por tanta corrupción y violencia, aún guardo la esperanza que México cambie, para bienestar de todos los que aquí habitamos.
Hay avances significativos en naciones similares a la nuestra.
También entiendo, que los políticos corruptos, que los terribles narcotráficantes, que los abusivos y poderosos empresarios, no son ésta nación. Digamos, tan solo forman una parte de ella, pero son más muchas más almas que habitan de buena forma y que hacen que México no se hunda. Es a ésta parte a la que pertenezco.
Hoy, yo puedo festejar, que tengo libertad, que puedo dirigir mis pasos a donde yo quiera, que puedo decidir sobre lo que yo quiera, es ésta libertad la que me hace amar a México. Y es ésto lo que me hará reunirme con mi familia para festejar de buena manera, que soy mexicano.
El orgullo nacional, va más allá que un pinche partido de futbol, de una final ganada de un concurso estéril de belleza, va más allá de la esperanza a un partido político, de una cena con borrachera de por medio, de tirar plomazos re´contento (y aunque no lo esté), de un desfile vanidoso, de la cara nerviosa de un presidente, de lo precioso de un gobernador. Mi orgullo, es por mi nación, por éste país que habito y por toda la gente que me rodea.
Y sí, quizá México no tiene los habitantes que se merece, y ésto ha hecho que seamos el país que ahora somos, el que merecemos... que no es lo mismo.
Así pues lo único que me resta, es festejar junto a mis hijos, a mi familia. Pidiendo a Dios que quienes tienen el timón en las manos, lleven el barco a buen puerto.
¡Viva México!
La canción es de Fernando Delgadillo.
Fuera de tema, y, queriendo plasmarlo de alguna manera, imaginen trasladar nuestra actualidad a un partido de ping pong. Donde cada una de las cosas que hoy en dia nos embargan fuera, al parecer ir ganando la partida.
De pronto, se obtiene un punto, ¿habría que celebrarlo? ¿de qué manera? ... es por éso el siguiente video... lo importante es seguir de pie, terminar el juego y nunca tirar la raqueta!. =)
Saludos.
