Hasta pronto!

Bueno, pués hoy me voy a Tamazunchale, San Luis Potosí, a esperar el año nuevo. Me voy en familia. Y ahora pués, el próximo año posteo como me fué. Cumplo 32 años el 1 de enero, que rápido pasa el tiempo. Orale!

Y..

• Ni estuve solo. Pero ví muchas películas.
• Ni estuve enojado, ni triste. Porque me rodearon gente sincera.
• Mis hijos y esposa llegaron para estar conmigo.
• Pude pensar.
• Pude sembrar plantas en varias macetas.
• Pude dormir abrazado a mis hijos, y despertarme con ellos.
• Pude caminar por las calles, y sentir el frío pegar de frente.
• En fin que, estoy esperando a que éste año termine, para poder comenzar de nuevo.

¡aaahhh!

Me he vuelto un completo "Grinch" por llamarle de alguna manera al estado de ánimo en que me encuentro.

Y es que, por más que me inspiro, nomás no siento, no palpo, no huelo, no persivo la navidad. Han pasado muchas cosas que no me permiten ponerme a tono con éstas fechas. No siento ningún deseo de reunirme con alguien, por el contrario, pido a gritos estar solo, y vaya que me he conseguido ésto último. He rechazado el tradicional convivio en la oficina, a mi familia más cercana les he sugerido no tomarme en cuenta para cenar o siquiera estar juntos. Mi esposa e hijos se fueron desde la semana pasada a pasarla con la familia de ella. Y sinceramente ha sido la semana más larga que he podido tener.

En mi trabajo, todo va en pique, hoy precisamente, recortarán a media plantilla de trabajadores, bonito regalo pienso, si tomamos en cuenta que le darán aire a casi 1000 personas.

A veces pienso, porqué no puedo ser como mucha gente, a la que le vale madres la vida de los demás, porqué no miro a los demás como solo números en una organización. Porqué tengo que pensar en qué será de sus vidas, justo en éstas fechas. Porqué tengo que sentir un gran pesar, por no poderlos ayudar. Y sinceramente, quisiera poder ayudarme primero.

Toda ésta semana he sentido una gran presión en mi pecho, en mi garganta, y no es que me preocupe el hecho de quedarme sin trabajo, a éso estamos expuestos pienso.

El hecho es que, muchos pero muchos de los que saldrán, son amigos míos, gente sencilla y que a lo largo de mucho tiempo, de verlos diariamente, de saber de sus vidas, terminan por ser parte de uno. Muchos de ellos ya son gente adulta, que a como están las cosas, les será muy difícil acomodarse pronto. En fin.

Hace tiempo, reflexionando, me di cuenta que suelo ponerme del lado que menos me conviene, y es que mi vida la he llevado hasta hoy, lejos de la conveniencia y más por la convicción.

Cambiando de tema, hace poco, platiqué con alguién de quien hace mucho no sabía, ella es Aurora, una amiga que conocí cuando estudiaba la universidad.

Por alguna razón, desde que nos conocemos, y a pesar que varias ocasiones, nomás desaparecimos uno del otro, terminabamos por buscarnos para saber qué era de nosotros. Y ahora, no es la excepción, ya que después de un buen de tiempo, un día llamó a mi oficina.

Ahora ella es casada, vive en Estados Unidos, y al parecer le ha ido muy bien, me alegro por ella. Y más porque ha sido testigo, entre pocos, de lo mucho que ha cambiado mi vida desde que nos conocemos. Así mismo, también cambió, fisonomía y carácter, pero como yo digo, podemos cambiar muchas cosas de nuestra persona, podemos cambiar, comportamiento, ideas, metas, no sé, muchas cosas, pero no podemos cambiar nuestra escencia, éso que hace de nosotros alguien especial. Y así ella, he notado muchos cambios, pero miro que es la misma soñadora, con muchas ilusiones, y miro también que aún compartimos el gusto por Fernando Delgadillo y Silvio Rodríguez.

Aunque mi corazón anda muy helado, y mi ánimo no pasa de querer estar solo mirando películas.

A todos los lectores, los pocos que se animan a pasar por acá, les mando un fuerte abrazo, deseo sinceramente, amigos y los que no lo son tanto, que la fé y la esperanza habiten en todos ustedes.

Hasta el gabacho Massachusets, pasando por Rosarito, llegando a Ciudad obregón Sonora, Monterrey, Cuautitlán Izcalli, D.F, Pueblita, Cancún, ... y Chile!(el país, no el albur!).

¡Felicidades de verdad!.