miércoles, julio 11, 2007

Un sueño loco y muy largo (solo para pacientes).

Tenía tanto tiempo que no tenía un sueño tan loco como el que se me presentó esta vez.
A lo largo de mi vida he soñado de todo y con todo, dependiendo en mucho la parte de la vida en la que me encontrara.
Podía soñar con alguna bella mujer, aunque curiosamente nunca me llamó soñar con famosas, igual soñé que me saqué la lotería o mejor dicho el melate, cuando rara vez me animé a pensar en 6 números que me hicieran cambiar de vida, soñé alguna vez que volaba, curiosamente lograba ésto ayudado de una "onda", ése artilugio que te ayudaba a aventar piedras, pero yo lo empleaba para impulsar mi pequeño cuerpo al cielo, ja! qué jalado.
En fin, y así por mi vida he tenido varios sueños, pero el hoy (ayer) me dejó pensando, la verdad está muy jalado, pero quiero contarlo para que no se haga realidad (consejo de una amiga mía a la que le conté y que muerta de la risa me sugirio subirlo a mi página).
Pués bien, el mentado sueño comienza así:
"... me ví en una casa grande con un jardín hermoso, en él había un árbol de manzanas, que daba manzanas grandes y jugosas, manzanas como nunca antes había visto, y que había esparcidas muchas de ellas por el pasto a los pies del ése árbol hermoso. Casi enfrente de éste, había otro de granadas (he visto cómo es que se dan las granadas y no me parece tanto como un árbol pero le llamaremos así por lo pronto), sí! ésas frutas que tienen como granitos rojos dentro y que son agridulces. Éste crecía de tal manera que lograba entrar en parte a la casa, para depositar en el suelo de madera sus frutos.
Al igual que las manzanas, había muchas granadas por el suelo, y se veían dignas de concurso, pués estaban grandes y hermosas. Y ni un solo fruto de ambos árboles tenía signo de maduración extrema.
Conmigo se encontraban en ése jardín, varios de mis amigos, ellos a quienes aprecio y que me conocen. Pero estabamos limitados a convivir no más allá de una mesa, y nosotros sentados al rededor de ella. Eramos invitados al parecer, por algún amigo nuestro que, como nosotros, se encontraba sentado y tratando de explicar que la persona que en ésa casa vivía, era al parecer algún pariente de mal carácter de él o quizá era ella, tenían.
En dicha reunión, solo nos encontrabamos platicando, sin nada en la mesa que degustar, tan solo riéndonos de nuestros relatos, y hablando todos a la vez.
Y en efecto, dentro de ésa casa grande vivía un señor ya de edad, pero no viejo, alto, robusto, calvo y de cabello todo cano, de mala cara, solo completamente, ni un perro, un gato o un pájaro que le hicieran compañía. Que de vez en vez se asomaba para cerciorarse que no pasaramos los límites a los que nos había dejado permanecer. Nos quedaba claro además que no podíamos tomar de ni un solo fruto que viéramos por el suelo, menos aún, tomarlo directamente del árbol.
Motivado por un impulso, dejé la plática para encaminarme a tomar una manzana que se encontraba por el suelo, muy cerca de ésa mesa en la que estabamos, y que me invitaba a meterle singulares mordidas para disfrutar de ella. Y así lo hice, no había dado ni tres probadas al fruto, cuando de la casa salió diciendo cosas y haciendo gestos, ése señor, arrebatándome la manzada de mis manos, y azotándola contra el suelo. Hecho ésto, se dio la vuelta y emprendió el camino de regreso; todos estabamos callados, mirándo su caminar, sin apartarle la mirada, hasta que éste entró completamente a la casa y se asomó por su ventana. Tomo una granada y delante de todos nosotros, se la comenzó a comer sin cuidado alguno, mirándonos fijamente mientras se la acababa a costa de grandes y ofensivas mordidas. Una vez terminado, cerró su ventana de un azotón, dejando bien claro, sin palabras, que nos estaría vigilando si acaso intentaramos hacer lo mismo.
Todos nos miramos desconcertados, y después comencé a reirme de manera discreta, quizá era por nervios, o pena, no sé, pero a mi risa siguió la de mis amigos, sí, ésos que siempre que platicamos esperan que saque alguna ocurrencia para estallar en carcajadas.
Así pués, al paso del tiempo y la plática, apetecía algo que raspara mi garganta, entonces miré que ése señor tenía gran cantidad de vinos a la vista de todos. Nadie se atrevía a pedir siquiera agua, y yo tenía sed, pero de ésa... de la mala.
No perdía detalle de lo que dentro de la casa pudiera pasar, de reojo miraba lo que ése señor hacía, y alcancé a ver que algo fastidiado se dirigía a lo que parecía un cuarto, pensé que quizá iría a dormir, por lo que me escurrí para asomarme atravéz de la ventana, y constatarlo.
Entonces, propuse adentrarme en la casa para tomar algo del licor que parecía sobrar en ése lugar, y compartirlo entre todos nosotros. Para ésto sería necesario que todos me ayudaran, unos haciendo como si la plática siguiera, otros mirándo que ése señor no se despertara, y yo ... yo en chinga loca por el vino aquél!!!.
Así lo hice, entré a lo que parecía un recibidor de la casa, por dentro miraba cómo todos mis amigos estaban haciendo lo suyo, sin evitar reirse, no sé si de mi cara, o de lo que estabamos haciendo. Seguí caminando, con mucho pero mucho cuidado, puedo decir que iba de puntitas. Llegué por fin a ésa gran cava y justo cuando me disponía a tomar una botella, hice un pequeño ruido, de ésos cuando chocan levemente las botellas, me quedé inmóvil, aún sin atreverme a mover, esperando alguna reacción. Fué entonces que noté que las risas pararon de golpe, mis amigos desaparecieron de las ventanas, y escuché la maldición de alguien, que muy enojado se dirigía hacia donde me encontraba. No intenté correr, tampoco justificarme, cuando tuve enfrente a ése señor, nos miramos, y solo alcanzó a tomarme de mi mano, muy fuerte, dicendo:" Ven hijo, tengo algo para tí que va a gustarte" ésa amabilidad fingida no me gustó nada.
Pasé a otro cuarto donde mis amigos estaban ya sentados sobre sillones de corte clásico, muy bien cuidados. Otra vez nos mirábamos algo incrédulos y apenados por éso que habíamos hecho.
Y allí, delante de todos, me acercó un vaso a la mitad en el que había puesto, según entiendo, un vino. Yo lo ví como brandy, me invitó a tomarlo, a beberlo, pero había algo que no terminaba de convercerme. Él se dirigió entonces a todos mis amigos presentes, y comenzó a hablarles de manera amable, todos ellos atentos a su plática, no sé qué decía, porque yo me encontraba sumido en mi dilema de beber o no, de aquél vaso que me despertaba cierta curiosidad su contenido.
Por fin, me animé a tomar, pensando "antes que me lo trague, lo retendré un poco en mi paladar para probarlo y si no me gusta nomás no me lo tomo y ya!, y me vale madres!!!". Así, acerqué el vaso a mi boca y probé de él, lo retuve en mi boca, intentando degustar y descrubir el sabor de ésa bebida.
Al principio era una bebida dulce, de muy buen sabor, pero cuando me disponía a tragarlo por completo ésa bebida se convirtió entonces, en una bebida amarga amarga. Que hizo que hiciera un gesto terrible de tan horrible sabor, llegó a mi mente aquel versículo del apocalipsis cuando un ángel le da a Juan, a probar de los escritos "... al principio dulce como la miel de abeja y después amargo como la hiel". Y seguido entonces de ése gesto, comencé a sentir que la mano y el brazo por completo, con el cual había intentado tomar la botella de vino, empezaba a paralizarse por completo, de tal modo que no la sentía más. Entendí que éso era un escarmiento por tomar algo que no me pertenecía.
Fué cuando, éste señor, volteó a mí y riendo a carcajadas recobró su aspecto malencarado, yo quería entender qué estaba pasando, con el líquido en mi boca, y teniendo frente a frente a ése señor que se reía de mí a boca abierta. Fué entonces cuando, invadido por el temor y el coraje, escupí dentro de su boca, aprovechando que la tenía abierta por las carcajadas.
Él con los ojos desorbitados por la sorpresa, cayó de espaldas sobre lo que alcancé a ver era un sofá, entonces, se llevó las manos al cuello, escurriendo por éste hasta llegar al suelo con la cara al techo. Tomé la botella con el vino que me había dado, y sin pensarlo un momento, deposité en él todo el contenido de la botella. Todos me quedaban mirando, y yo a la vez miraba a quien de mí se estaba burlando. Pasó un tiempo no muy largo, cuando noté que el movimiento de mi brazo y la sensibilidad de éste, comenzaba a regresar. En ése tiempo, ése señor, estaba completamente inmóvil , tan solo mirándonos a todos los que ahí nos encontrabamos, entonces pensé "... debe ser momentáneo el efecto de ésta cosa, y al parecer afecta ésa parte de tu cuerpo que al parecer ha hecho algún mal. Éste güey ha de haber hecho mal con todo su cuerpo, donde solo sus ojos se mueven". Pero al saber ya que solo por un momento hiba a estar así, decidí y decidimos poner pies de por medio, antes que del coraje se le ocurriera otra cosa aún peor.
Y cuando nos disponiamos a abandonar ése lugar, escuché que detrás de mí, gritando como un loco y corriendo como alma que lleva el diablo, se acercaba ése señor con algo en sus manos que sugería utilizaría en mi contra, y con todo su peso. Que comienzo a correr por toda la casa, buscando algún refugio que me permitiera ponerme a salvo, cuando al fín lo encontré ya traía sobre mis pasos al sujeto ése bien agresivo, alcancé la puerta y me encerré. Tras de mí, se oyó algo así como un hacha que daba contra la puerta. (viene la parte extraña)
Entonces, yo sudaba, pero no tenía miedo alguno, sentía cierta confusión a tan extraño personaje. El pegaba en la puerta diciendo que le habriera, a lo que yo respondía "...siiii? quién eeees? en qué puedo ayudarle?", al cabo de un rato le sugerí abrir si él me prometía tirar lo que llevara en la mano. Accedió y escuché que aventaba algún objeto pesado, entonces me dispuse a abrir, no sin antes asegurar la puerta con ésa cadena que algunos hoteles tienen, ésa cadena que te permite abrir no del todo para asomarte haber quién es. Abrí y no vi a nadie, estaba tratando de ubicar a mi atacante cuando ¡zaz! metió de golpe lo que parecía una barreta, con lo que, deduzco, quería atravezarme y a la vez evitar que cerrara de nueva cuenta. Yo seguía muy extrañado, y con cierto humor le decía "...ay güey estuvo cerca, ni aguantas nada mano", ésto lo enfurecía aún más, y hacía todo lo posible por alcanzarme, entonces yo llegué a decirle "...éjele éjele no me das!!!!" y hacía como que lo toreaba. ¡Pum! el sueño cambió de tema completamente, radicalmente, de un escenario a otro, de ciertos personajes a otros. Ahora me encontraba en una casa, en compañía de todos mis hermanos, de mi tío que ya falleció, estabamos como que listos para irnos a jugar fut, como en el momento de irnos ya.
Entonces, algo nos detuvo a mi hermano Alfredo y a mí, él y yo nos llevamos solo un año y siempre hemos estado juntos, escuela y equipos,y mi tío no fué como nuestro papá, fué mas bien, como nuestro amigo, pero ése amigo desmadroso al que le tienes toda la confianza de platicar lo que sea. Regresando al tema, ése algo que no nos dejó salir, no hizo que nos acostaramos y dijeramos - tío cuál es la prisa, aún falta como 20 min para que juguemos- él solo nos miró, como siempre lo hizo, y no dijo nada y se sentó con nosotros. Cuando nos dispusimos ahora si a irnos, nos dijo -pero pa´qué si aún faltan 10 min, allá los alcanzo cuando falte solo un min para jugar-. Mi hermano y yo nos quedamos viendo extrañados, pero mi tío ya no nos miró más, tenía la vista fija en otro lado, en otro punto, como si no estuviera con nosotros en ése momento.
Sucede que en el edificio en el que vivía, eramos vecinos, mi mamá, mi tío, y yo con mi esposa, y como he dicho, él siempre tenía equipo de fut, donde nos llevaba a dos de mis hermanos y a mí. Un día, me quedé dormido, mi hermano alfredo se le hizo tarde, y mi otro hermano de plano no llegó. Cuando nos acercamos al campo para ver si jugaríamos, resulta que todos en el equipo habíamos fallado, y perdimos por default. Mi tío se encontraba chutándole al portero, y de lejos solo nos vió. A mí me dio pena y ni me acerqué a él, abordé de nuevo mi coche, y me fuí del lugar. Por la tarde estabamos mi hermano Alfredo y yo, y decíamos -pinche tío, nos va a meter una ragañada bien buena-. Ése día evitamos salir siquiera a verlo por pura vergüenza.
Al otro día lunes, estabamos nuevamente platicando mis dos hermanos y yo, en mi casa, que coincidía muy cerca de la de mi tío, cuando escuchamos que habría su puerta, y comenzaba a caminar hacia donde estábamos, y dijimos - ya nos viene a regañar-, nos quedamos calladitos, quietos, cuando pasó de largo, al parecer hiba a algún lugar. Mi hermano el mayor dijo- le voy a decir que me de un aventón y mañana les digo qué me dijo y cómo está-, va!!! si ves que está muy enca... nos dices!!!.
No hubo mañana, al otro día, cuando partía a trabajar, vi su coche estacionado como siempre cerca del mío, se me hizo un poco extraño, porque él siempre salía antes que yo. No pusé mucha atención en éso y me fuí a mi trabajo con cierta prisa. Al medio día, uno de mis hermanos me llamó, para decirme que mi tío estaba muy grave, en condiciones muy críticas en el hospital. Me dirigí inmediatamaente con él, entró en un coma y ya no salió.
Los que estuvimos y compartimos muchas cosas con él, no nos apartamos y lo estuvimos cuidando, abrazando la esperanza de una recuperación, pero no fué así. Fué a mi hermano Alfredo a quien le toco tenerlo con él cuando partió.
No pude despedirme de él como habría yo querido. Y ayer/hoy soñé con mi tío.
Y así como había cambiado de fase, de un sueño a otro y de personajes a otros, pasó nuevamente.
Ésta vez me ví en un lugar parecido a un campo, y a lo lejos se observaba una casa blanca, de dos pisos, grande. El horizonte se pintaba de gris, como si el agua comenzara a caer en forma de lluvia y granizo. Ése camino por el que hiba rumbo a la casa, estaba amplio, muy amplio, parecía más bien como una calle, con aceras, mmm, no sé si me explique, pero bueno, cuando la lluvia, comenzó, noté que solo llovía de un lado, es decir, la lluvia intentaba desplazarse, pero solo llegaba a aquél lado del camino, no me alcanzaba; y mientras aquél lado se oscurecía por la lluvia, y las nubes, la parte por la que venía, solo estaba gris. Me resulta extraño, porque a mí siempre me ha gustado la lluvia, de niño siempre disfruté mojarme, y de grande aprecié caminar en medio de los aguaceros que se dejaban sentir en puebla. De un tiempo para acá, ya no me gusta tanto mojarme, el frío que precede, es el que me pone a temblar, pero la lluvia en sí, me sigue gustando.
Así pués, llegué a ésa casa, con gente amable,y que al parecer esperaban mi llegada para llevarme a lo que sería un pesca (nunca he pescado en mi vida ... más que resfriados!).
En una lancha modesta, me encontré con un joven de aspecto amable y curtido por ése trabajo, me decía que pescaríamos un tiburón!!! y que sería necesario que le ayudara. Yo lo quedé mirando, pensando "... éste güey me vio cara de chanoc!!! a los puros madrazos apenas puedo nadar de perrito, y ya me quiere poner a pescar tiburones!!!!". Me vio y me dio algo que parecía una lanza -cabrón me habrías dado mejor una pinche bazuca!!! en lugar de ésto- comenzaba a inquietarme porque no entendía muy bien mi papel en todo éso. Me encargaría acaso de meterle sus arponazos desde la lancha?, no me dejaba nada claro y éso me preocupaba.
Nos adentrabamos al mar, y buscábamos lo que queríamos, entonces fué cuando dijo -allá, mira allá viene uno!!!-, ¿un tiburcio? - pensé- y por más que intentaba ubicar al animal, nomás no lo hallaba.
Fué entonces cuando yo pendiente a la orilla de la embarcación, miré lo que a mi juicio parecía más una barracuda que un méndigo tiburón, y mi acompañante ni tardo ni perezoso se lanzó al mar tal cual largo era, en un momento se desaparecieron, y yo intentaba ubircalos por ambos lados de la lancha, me encontraba entre asustado y admirado de tan semejante osadía - si piensa que me voy a aventar como él, está bien mal- pensé mientras miraba burbujas salir del agua en la dirección que se habían zambullido, animal y hombre en semejante pelea cuerpo a cuerpo.
En tanto yo pendiente lanza en mano, esperando que el animalote marino saliera pa´rematarlo y llevarnóslo a comer seguramente a la orilla, esperaba que éste saliera, pero no. Comenzaba a preocuparme cuando, entonces sí, de repente!!!! salío ése camarada bien agarrado a lo que a mi jucio es el cuello del animal, y con el cuchillo en mano, gritándome -¡aviéntate! ¡orale! ¡aviéntate! ¡y ayudame que está bien recio!-, mis ojos desorbitados, mi corazón acelerado, y sin pensar me aventé a ayudar. Cuando tenía de frente a ése pescadote, que le asestó semejante pinchazo con toda la intención de no tener que luchar mucho tiempo con él. La lanza entró en su paladar, se quebró en sus muy afilados dientes, y como consecuencia... mordio mi brazo!!. Cuando reaccioné, me arrastraba con él, mi brazo en sus mandíbulas, y obvio yo queriendo zafarme de cualquier manera de ése peligro, que hasta ése momento, me llevaba a una muerte nada bonita, y bien, éso sí, garantizada!.
En algo que llamo descuido animal, me soltó, cuando estaba en la superficie, la lancha y el lanchero pasaron cerca de mí, cuando el animal regresaba, yo estaba encomendandome a todos los santos cuando escuché -Ya casi le partimos la madre al pescado! ¡ya falta poco!- cuando no quería saber más de peces y de agua salada, éste temerario pescador, se avalanzó en contra de éso que él decía era un tiburón. Sin querer, quedé prendido al animal, en su cola, y desde ahí, y con ayuda del cuchillo del pescador, le seguí metinedo sus "piquetes" cual alfiletero de mi abuela.
Porfin, después de una encarnizada lucha, un brazo sangrado, y un chorro de miedo, nos subimos a la lancha, pusimos al bien perforado animal, y nos fuimos a la orilla de regreso.
En la orilla, ya nos esperaban, todos admirados del pescadote, y felicitando al pescador. Debo decir, que de mí, ni de mi brazo nadie se acordó. Lo miraban como muy normal, como si no me fuera a suceder nada, pero yo apreciaba otra cosa, peligro inminente de muerte!. Así que pedí ayuda para poder atenderme la herida que no dejaba de sangrar.
Me llevaron con alguien que "sabía de éso" sin ser un médico como tal, y éste me mandó a lo que se entiende como farmacia, donde me dieron una serie de frasquitos que me ayudarían a sanar.
Regresé con él que me sanaría, y aplicó todos ésos "menjurjes", o pósimas, como quieran llamarle. Cuando terminó, me dispuse a pagarle, a lo que preguntó -¿cuánto te cobraron por la medicina?- yo dije -200 pesos- con cara de enfado, me dijo... a mí solo dame 50!. Me sorprendió, porque al parecer no le había parecido que me cobraran "tan caro" por todo lo que me habían dado. Que extraño, pero lo dejé en compañia de mucha gente que se quedó comentando tal abuso de la mentada "farmacia"".
Áquí termina mi sueño, soñe de todo, y la verdad ni atención le puse, excepto a lo que a mi tío se refiere, todo me parece una soberana jalada!!!.
La amiga a la que le conté, cree como en muchas cosas, y me da explicaciones un tanto extrañas, si alguien le encuentra algún significado a todo ésto, quisiera saberlo.
Por otra parte, aquí en mi trabajo conocí a un viejito, como nunca he conocido igual. Él fué intendente por mucho tiempo, tenía sonrisa contagiosa, y era alburero como él solo. Tenía cada puntada!!!, lamentablemente falleció, no hace mucho, y no dejé de sentirme mal. Pero a la vez, tranquilo, porque sé que descasa por fin de muchos maltratos que la vida y él mismo se dieron. Como sea "chapatín" te deseo un buen viaje a ése destino al que todos llegaremos.
Hoy mi suegro hace ya dos años que falleció, y todos se reunirán en su memoria, excepto yo, por muchas razones. Digamos... ando sencible con tanta muerte rondando!!!, no es cierto, cuestiones personales que no vienen hoy al caso.
Para teminar, tengo un amigo rapero, hip hopero, tornamesero, grafitero, ...lero (ña es broma!), que anda promocionando su disco "Indeleble", no cuesta mucho, como la calidad que se carga.
Apoyemos el movimiento y al artista mexicano, ése que se atreve a hacer lo que le convence.
Él es el Verdette (link al lado derecho de ésta su página amiga).
Bara bara, órele órele, nomás atrás de la raya no se me amontonen....
Salúd!!

sábado, julio 07, 2007

Ella quisiera...

Un post no bastaría para enumerar todo lo que ella quisiera de mí.
El hecho es, además, qué quisiera yo!!!.
Seguro es... hace ya mucho tiempo que habría abandonado mi vida....
Chale!!! qué poco aguanta!!!. Abur!!!

lunes, julio 02, 2007

Sin título (aunque quisiera uno).

Personalmente siento pena, por aquellos que intentan justificar sus actos por medio de chantajes, es decir, dan como argumento a su comportamiento, algún hecho que pudo haber marcado en algo su vida.
En muchas ocasiones me he encontrado gente que me dice "... lo que sucede es que cuando chico mis padres se divorciaron y éso me afectó terriblemente."; como ejemplo pongo ésto, de muchas de las cosas que me ha tocado escuchar.
Así pués, no tengo más que guardar silencio e intentar sentir éso que se dice, afecta la vida de los demás. Pero termino con cierto malestar, porque llego a la misma conclusión siempre "... siempre hay alguien mucho peor que uno, que seguramente no se queja, y lucha por salir de donde esté".
Mi vida, puedo decir con franqueza, no ha sido nada fácil, he tenido que sortear muchas cosas desde niño, pero a diferencia de muchas personas, puedo decir que tuve una infancia felíz. Mi madre supo hacernos la vida mucho más sencilla y bonita, de lo que en verdad era.
Ahora creo que en éso puede radicar la diferencia, del que se queda clavado en algo y siente que no se ha superado; y el que sabe, o le enseñaron, que lo bonito de la vida es no quedarse clavado precisamente en los problemas.
Sinceramente, a veces siento que no se puede, pero después todo lo que me rodea me hace ver que las cosas son pasajeras, andamos trepados en un canijo microbús, que cuando no te toca lugar, bien puede subirse alguien a tocar ésas rolas que pueden apagar la ansiedad del tráfico. Donde los olores y la variedad de pieles, pueden decirte que las cosas suben y bajan.
... Todo pasa y todo queda, dice una canción, y vaya que es una razón innegable, todo pasa, todas las malas rachas, y todo puede quedar, dentro de nosotros mismos, todo lo bueno que se vive, todo éso queda y hace éste mundo más fácil.
Y así cuando escucho a alguien decir "... me faltó ésto", pienso "...debió tener demasiadas cosas que lo más insignificante, se convirtió en una necesidad". O tal vez sea mejor decir... una completa necedad.
Qusiera postear unas fotos de lo que en éstos últimos días han marcado mi vida: que mis hijos van creciendo, que tengo otro buen vecino con el que me llevo muy bien, que quedamos en tercer lugar en el torneo de fut al que hiba, que me jodí mi rodilla izquierda, que encontré un lugar donde venden muy buen pulque (solo le atoro a uno o dos vasos, no más!!!)... ah!!!! y que por fin después de un año, y gracias a éstos tormentones que se han venido por Puebla, el acatráz que tengo en mi cachito de jardín comienza a asomarse!!!! (deben saber que me gustan mucho pero mucho las plantas).
Salúd!.